"A veces he pensado que usted no es completamente consciente de la dirección que quieren imprimirle al país los sectores que rabian con la paz y la democracia". Rodrigo Londoño, líder de la Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (FARC), el partido heredero de la guerrilla, acusó al presidente Iván Duque de socavar el acuerdo que puso fin hace cuatro años al conflicto armado en Colombia. Londoño, quien en la selva se hacía llamar Timochenko, aseguró que el Gobierno de derechas no cumple lo pactado en La Habana con la insurgencia en 2016. "Señor presidente, repare por lo más sagrado que tenga, en el estado actual de Colombia, en el precipicio al que la están conduciendo. Aún es tiempo", señala la carta divulgada este domingo. Londoño aludió expresamente a la situación de inseguridad quienes depusieron las armas tras medio siglo de enfrentramiento. La semana pasada, más de 60 excombatientes tomaron la decisión de abandonar la zona de Santa Lucía del municipio de Ituango, en el departamento de Antioquia (noroeste), donde llevan a cabo su proceso de reincorporación a la sociedad. Lo hicieron al considerar que su seguridad no estaba garantizada tras el asesinato del exguerrillero Darío Herrera.

Ante estos hechos, el partido FARC denunció un "plan de exterminio" contra exinsurgentes en Ituango, donde operan el Clan del Golfo, la mayor banda de origen paramilitar del país, y disidentes de las FARC que no se acogieron al acuerdo de paz suscrito por la guerrilla y el entonces presidente Juan Manuel Santos. A los desmovilizados "casi que les gritan que no tienen derecho a quejarse", aseguró Timochenko. Esto, añadió, pone "de manifiesto el carácter intolerable de la persecución".

Para Londoño, las amenazas han llevado a los desmovilizados a convertirse en "desplazados forzados". Esas personas "dejaron sus armas, son campesinos comunes y corrientes, que simplemente corren la misma suerte de sus pares del Chocó, Nariño, Cauca, Putumayo o el Catatumbo". De acuerdo con la misma ONU, 173 excombatientes perdieron la vida violentamente en los últimos cuatro años.

"En los Acuerdos de La Habana el Estado colombiano se comprometió a rodear de numerosas garantías a los reincorporados. Y a los líderes sociales y dirigentes de la oposición. A todo el que ejerza la política. Es absolutamente claro que nada de eso se está cumpliendo", sostuvo. "Si comparamos desprevenidamente los contenidos de su política de paz con legalidad, con el texto de los acuerdos de La Habana, resulta muy fácil corroborar que su gobierno se empeñó en evadir su cumplimiento". Londoño criticó a la vez a la ahora exministra del Interior Nancy Patricia Gutiérrez por calificar de "semifallido" el proceso de paz. "Cualquiera comprende su intención. Librémonos del fardo y volvamos a la guerra total, que esa sí tenía unidos a los colombianos y colombianas. Esa sí que no polarizaba. Para ciertos sectores del país siempre hará falta un enemigo. Y si no existe, lo inventan. Ahora la señora será su alta consejera para los derechos humanos. Como para salir corriendo".

La detención de Martín Sombra

En este contexto se conoció la captura del exjefe guerrillero Helí Mejía Mendoza, alias "Martín Sombra" por un presunto crimen perpetrado después de los acuerdos. Un testigo lo identificó como el emisario de los secuestradores de un ganadero de Caquetá. Mendoza era conocido como el "carcelero" de las FARC y tuvo en cautiverio a Ingrid Betancourt. La Jurisdicción Especial para la Paz (JEP)le había concedido la libertad condicional a cambio de aportar verdad sobre sus acciones y pedir perdón a las víctimas.