Irak debe probar que no tiene armas de destrucción masiva si quiere pulverizar el escepticismo sobre sus negativas y evitarse la guerra. Este fue el mensaje transmitido en la madrugada de ayer al Consejo de Seguridad de la ONU por el jefe de los inspectores internacionales, Hans Blix.

"Si quieren que se les crea, tendrán que aportar las armas, si es que quedan, o un recuento mejor de ellas", dijo Blix, tras explicar a puerta cerrada al consejo que las informaciones aportadas hasta ahora a los inspectores por parte de Bagdad, sobre su producción de gas mostaza (un tipo de arma química) "no son completas".

El régimen de Sadam Husein sigue firme en que no tiene armas de destrucción masiva y así se lo reiteró a Blix, quien se mostró inflexible en que Bagdad "tiene que proporcionar documentación convincente u otras pruebas".

Irak debe presentar a las Naciones Unidas un inventario completo de sus armas de destrucción masiva antes del próximo 8 de diciembre.

MANO DURA

La política de mano dura de Washington contra Sadam Husein determinó ayer una prórroga de sólo nueve días, en vez de seis meses, del programa de venta de petróleo por alimentos, autorizado por la ONU.

El consejo seguirá discutiendo la prórroga y Estados Unidos insiste en que se limite a tres meses y se prohíba a Bagdad la importación de artículos tecnológicos y médicos.

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