La ministra de Exteriores, Trinidad Jiménez, ha expresado hoy la voluntad de "acompañar" y no tutelar el proceso de transición en Libia "en la medida en que se pueda ser útil a la construcción del nuevo Estado".

En una entrevista en la cadena Ser recogida por Efe, la ministra ha dicho que ella nunca hablaría de "tutela" y sí de acompañamiento, y ha valorado el papel del Grupo de Contacto que ha trabajado de manera permanente así como el papel de Naciones Unidas.

A la pregunta de qué debe ocurrir con Gadafi y su posible entrega al Tribunal Penal Internacional para ser juzgado, Jiménez ha dicho que esto es algo que tendrán que decidir los propios libios si bien ha recordado que el Tribunal Penal Internacional tiene una orden de arresto y cargos contra Gadafi y dos de sus hijos, y, por tanto, hay una reclamación internacional "perfectamente legítima". No obstante, también ha comentado que Libia no ha ratificado el Estatuto de Roma y "no está obligado" a ponerlo a disposición de la justicia internacional.

Jiménez se ha referido también a la resolución requerida a la ONU para la era postGadafi y ha resaltado que se ha pedido una "acción expresa" a Naciones Unidas para que se trabaje sobre la base de un Gobierno con un "alto grado de representatividad". Se trataría de incorporar no sólo a personas que están ya en el Consejo Nacional de Transición sino también a leales a Gadafi "pero capaces de comenzar una nueva etapa".

La ministra ha reconocido que aún quedan focos de resistencia pero ha augurado que el derrocamiento de Gadafi es cuestión de poco tiempo. "Ayer se hablaba de horas y hoy se habla de días", ha dicho Jiménez, al tiempo que se ha mostrado convencida de que "la era Gadafi ha tocado a su fin".

Jiménez ha señalado que "la situación es más confusa" de lo que inicialmente se creía y se ha mostrado prudente sobre el verdadero "grado de ocupación" de la ciudad de Trípoli así como el tiempo necesario para que la situación quede resuelta.