El candidato republicano a la Casa Blanca John McCain jugó ayer fuerte. Si Barack Obama eligió a Joe Biden como vicepresidente para contrarrestar los puntos fuertes de su adversario, McCain ha seguido su camino y ayer anunció que Sarah Palin, la gobernadora de 44 años de Alaska, será su compañera. Es la segunda vez en la historia de EEUU que una mujer forma parte del dúo presidencial --la primera fue Geraldine Ferraro con los demócratas en 1984-- y, de ganar, sería la primera vicepresidenta.

La elección de Palin, que ayer protagonizó en Ohio y ante 10.000 personas su primer acto conjunto con McCain, cogió por sorpresa a casi todo el mundo, ya que es una perfecta desconocida en la política nacional. Con su decisión, McCain pretende cubrir algunos de sus puntos débiles, aun a riesgo de elegir al alguien sin experiencia. El de la edad es uno de ellos, ya que, de ganar McCain, sería el presidente más anciano. Otro es traer una cara nueva que compense su experiencia de años en Washington para poder así hablar de reforma. También pretende convencer a una base conservadora que lo ve con malos ojos pero que considera a Palin una especie de heroína. Y es que Sarah Palin tiene unas credenciales conservadoras sin mácula. Ferviente protestante, es una firme opositora al aborto y durante toda su vida ha militado en la Asociación Nacional del Rifle.