El primer ministro británico, Boris Johnson, está presionando a la Unión Europea con la amenaza de saltarse compromisos jurídicos y políticos adquiridos por el Reino Unido con Bruselas en el marco del 'brexit'. Un anuncio que ha realizado la víspera de la reanudación de las negociaciones sobre la relación comercial que debe regir tras la salida del Reino Unido de la familia europea. El Gobierno británico está preparando una nueva legislación para invalidar partes del Acuerdo de Retirada con la Unión Europea, según ha adelantado Financial Times.

La bautizada como Ley de Mercado Interno, que será presentada en el Parlamento este miércoles, pretende eliminar un punto tan vital como son los acuerdos aduaneros alcanzados para evitar el retorno a una frontera física con la República de Irlanda. El Reino Unido se liberaría de la obligación de establecer un control de mercancías desde Gran Bretaña a Irlanda del Norte, anulando lo firmado por el propio Johnson el pasado mes de enero con los socios comunitarios. Según la oficina del primer ministro en Downing Street, se trata un plan en la reserva, en caso de que fracasen las negociaciones sobre el acuerdo comercial que se retoman este martes.

Proceder impudente

La reacción de Bruselas no se ha hecho esperar. "Todo lo que se firmó en el pasado debe ser respetado. Es la base de la confianza para el futuro", ha declarado el jefe negociador de la UE, Michel Barnier. El ministro de Asuntos Exteriores de Irlanda, Simon Coveney, advierte que un proyecto de ley como el que prepara Londres sería una "manera muy imprudente de proceder".

Las tensas discusiones entre Londres y Bruselas entran ahora en una fase decisiva. "Concluyamos un acuerdo con nuestros amigos europeos antes del Consejo Europeo del 15 de octubre. Si no es así, no veo la posibilidad de que haya un acuerdo de libre comercio entre nosotros y ambos deberemos aceptarlo y pasar a otra cosa", afirma Johnson.

El plazo es similar al que se ha fijado la Comisión Europea, de manera que haya el tiempo mínimo requerido para la tramitación y ratificación del documento, antes de su entrada en vigor el 31 de diciembre, cuando concluye el periodo de transición.

El espejo de Canadá

Johnson repite que quiere un acuerdo con la UE similar al de Canadá, lo que implicaría atenerse a los protocolos establecidos por la Organización de Libre Comercio. Sobre el terreno implicaría aranceles en las exportaciones y controles aduaneros. A pesar de ello sostiene que una ruptura sin acuerdo y ese arreglo "sería un buen resultado para el Reino Unido".