Que la celebración del Ramadán altere el funcionamiento de la justicia francesa resulta inconcebible en un país que ha hecho del laicismo uno de los principios de la República. Pero eso es lo que ha sucedido en Rennes, según los abogados de la acusación en un juicio contra siete procesados por diversos atracos. La vista ha sido aplazada por el juez después de que la defensa solicitara retrasar el proceso alegando la "debilidad física" de un acusado a causa del ayuno diurno al que está obligado todo musulmán practicante durante el periodo del Ramadán, iniciado el martes.

Después del escándalo que provocó hace unos meses una sentencia de anulación matrimonial basada en el hecho de que la novia mintió sobre su virginidad a su esposo, de confesión musulmana, la decisión judicial de Rennes ha desencadenado una nueva polémica. Oposición, sindicatos, SOS racismo y asociaciones de magistrados han puesto el grito en el cielo. Todos juzgan "chocante" e "inadmisible" que la religión pueda inmiscuirse en un proceso judicial.

El fiscal salió al paso de la acusación de atentar contra el laicismo de la República afirmando que "en ningún caso" el cumplimiento del Ramadán forma parte de las razones que han llevado a aplazar el juicio. Pero la causa esgrimida por el juez --"preocupación por una buena administración de la justicia"-- resulta suficientemente ambigua como para alimentar dudas.

UNA ABERRACION "Es aberrante, es la primera vez que ocurre esto en Francia, ya no somos una República laica", lamenta el abogado de la acusación Pierre Abegg. "En ningún caso una institución de la República debe tomar en cuenta consideraciones filosóficas, religiosas o políticas de los acusados", recuerda.

El abogado de la defensa, Yann Choucq, dijo no comprender "tanto revuelo cuando es habitual obtener aplazamientos por las fiestas judías u otras. Igual que no hay audiencias en Navidad o por Pascua".