El autor confeso del doble atentado en Noruega, Anders Behring Breivik, ha iniciado su declaración a puerta cerrada después de que el juez instructor haya rechazado la petición de una vista pública para no darle más publicidad al asesino.

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Según la defensa, Breivik, de 32 años y definido como un fundamentalista cristiano, islamófobo y ultraderechista, quería explicar los motivo de la matanza, que calificó de "atroz, pero necesaria".

Los juzgados noruegos no habrán conocido nunca una expectación semejante. Hasta llegar a la planta octava, donde se espera la declaración de Breivik, no hay ni un solo detector de metales ni hay que mostrar un documento de identificación.

El presidente del tribunal de Oslo, Geer Engebretsen, ha justificado la decisión del juez instructor --considerada inusual en Noruega--, de quien ha asegurado que "ha tomado en consideración todos los elementos del caso" y ha negado razones políticas.

Preguntado por los periodistas si los atentados cerrarían la abierta sociedad noruega, Engebretsen ha afirmado que "la sociedad noruega defenderá sus valores y luchará por ellos".

Munición expansiva

Breivik usó un tipo de munición expansiva, prohibida en las guerras, para causar la mayor matanza posible en su ataque al campamento juvenil, según un médico que ha atendido a las víctimas. En una entrevista en la edición digital del diario VG, el cirujano jefe del hospital Ringerike, Colin Poole, que ha tratado a 16 heridos en el tiroteo de la isla de Utoya, aseguró que el agresor empleó las denominadas balas expansivas o dum-dum, que tienen los extremos (la punta y el culote) huecos para que el núcleo se fragmente en el impacto.

"Esas balas más o menos explotaban dentro del cuerpo de las víctimas. Las heridas internas que tenían eran absolutamente terribles", explicó Poole.

"Los fragmentos son tan pequeños. Nunca había visto algo así", señaló Poole, a pesar de sus 26 años de experiencia.

Gro Harlem Brundland, en el punto de mira

En toda Noruega se guardará hoy un minuto de silencio por las 93 víctimas mortales del doble atentado, ocurrido el viernes en el complejo gubernamental de Oslo, seguido de la matanza en un campamento de las juventudes socialdemócratas en la isla de Utoya.

Según el diario Aftenposten, el propósito del presunto autor de la matanza era asesinar asimismo en la isla a la exprimera ministra Gro Harlem Brundland, que ese día había visitado el lugar. Brundland, de 72 años, es una de las figuras más destacadas internacionalmente de la política noruega, ya que además de varias legislaturas al frente del gobierno fue secretaria general de la Organización Mundial de la Salud (OMS).