ASadam Husein le espera la horca. El otrora todopoderoso dictador de Irak fue sentenciado ayer a muerte por el Tribunal Especial Iraquí (TEI) que le ha juzgado por la matanza de Dujail. La misma suerte corrieron dos de los otros siete inculpados. El veredicto amenaza con dividir todavía más a la sociedad iraquí.

El dictador era consciente de lo que se le venía encima. "¿Qué se puede esperar de tus enemigos?", dijo a sus abogados minutos antes de entrar en el tribunal. Sadam apareció solo, enfundado en un traje de color negro y con una camisa blanca, como lo ha hecho a lo largo del largo proceso, que ha durado más de un año. La sesión fue retransmitida por la televisión iraquí.

BRONCA CON EL MAGISTRADO El juez Rahman fue al grano, sin pormenores. Primero exigió a Sadam que se pusiera de pie, a lo que el dictador se negó. "No me toques, no me retuerzas el brazo", gritó lleno de ira el expresidente iraquí a los guardias que intentaron incorporarlo del asiento a la fuerza. Al final accedió de mala gana a la petición.

Su rostro, cubierto con una poblada y cuidada barba canosa, reaccionó con furia cuando el magistrado leyó la primera frase de la sentencia. El tribunal le había negado la petición de morir frente a un pelotón de fusilamiento, como pidió en una de las sesiones del juicio.

Con un ejemplar del Corán en una mano, Sadam gritó en repetidas ocasiones: "Larga vida a Irak, larga vida al pueblo iraquí" y "Dios es más grande que los invasores". La voz del condenado se confundió con la del magistrado que, tenso, prosiguió leyendo el resto de la sentencia.

Los cinco jueces del TEI hallaron culpable al dictador de la matanza de 148 chiís de Dujail en 1982, como represalia a un intento de asesinato contra él. También fueron sentenciados a muerte el antiguo jefe de los servicios secretos y hermanastro de Sadam, Barzan Ibrahim al Tikriti, y el expresidente del Tribunal Revolucionario de la dictadura, Awad Hamed al Bander.

El exvicepresidente iraquí, Taha Yasin Ramadan, por su lado, fue condenado a cadena perpetua, a pesar de que el fiscal había solicitado también para él la máxima pena. De los otros tres inculpados, todos dirigentes del partido Baaz, dos pasarán 15 años en prisión, mientras que el tercero fue absuelto.

Ahora el caso está en manos del Tribunal de Apelación, formado por nueve jueces, que deberá revisar el proceso y dictar el veredicto definitivo, lo que puede durar meses, incluso más de un año, puesto que las deliberaciones no tienen límite de tiempo. Si el Tribunal de Apelación falla a favor de la apelación, bien porque detecta un fallo de procedimiento o un desajuste legal, el juicio deberá repetirse. Si ratifica la sentencia, los condenados serán ahorcados en el plazo máximo de un mes. Desde el inicio, el juicio se ha desarrollado bajo la sombra de la sospecha.

OTROS CASOS PENDIENTES La revisión del caso Dujail se llevará a cabo en paralelo al otro proceso que Sadam tiene abierto desde el mes de agosto por genocidio contra el pueblo kurdo llevado a cabo con la operación militar Anfal. Además, el dictador tiene pendiente otros juicios, por la guerra contra Irán en los 80, la invasión de Kuwait en 1991 y la represión contra los kurdos y chiís posterior a la primera guerra del golfo.

A pesar del toque de queda indefinido decretado por el Gobierno iraquí en Bagdad y las provincias de Diyala y Saladino para prevenir posibles brotes de violencia, miles de personas salieron a la calle para manifestar su apoyo, en el caso de los chiís, o repulsa --los sunís-- por la sentencia contra el dictador.