El clan Pinochet, cuya fotografía tuvo hasta no hace mucho aires de familia triunfal e impune, se ha incorporado en pleno a la historia judicial de Chile: el juez Carlos Cerda procesó y ordenó ayer la detención de la esposa del dictador, Lucía Hiriart, y de cuatro de sus hijos por presentar una "declaración maliciosa" ante el Servicio de Impuestos Internos, que les permitió evadir 8 millones de dólares (6,5 millones de euros). Cerda, a cargo de las investigaciones sobre el hallazgo en el Banco Riggs de EEUU de cuentas secretas de Augusto Pinochet por 28 millones de dólares, también los procesó por adquirir pasaportes falsos.

La orden de detención alcanza a quien fuera primera dama de Chile durante 17 años, a Marco Antonio y su esposa María Soledad Olave, las hijas Jacqueline y Verónica, la exsecretaria del dictador Mónica Ananías, su exalbacea Oscar Aitken y a la exjefa de la sección de Pasaportes y Extranjería Erica Stemann. Cerda no pudo comprobar que Augusto, el primogénito del general, estuviese relacionado con los delitos de fraude tributario, pero lo procesó por la segunda de las acusaciones. Cerda les otorgó la libertad bajo fianza, siempre que la Corte de Apelaciones de Santiago apruebe hoy este beneficio. La ley chilena contempla la pena de prisión por este tipo de faltas ante el fisco. Algunos analistas hablan de más de cinco años de cárcel. Pinochet ya había sido procesado y puesto bajo arresto domiciliario por evasión tributaria, falsificación de instrumento público, uso de pasaporte falsificado y omisión de bienes en su declaración de noviembre, pero logró recuperar la provisional.