El mismo día en que el nuevo líder de Japón, el nacionalista Shinzo Abe, estrenaba su cargo como presidente del gubernamental Partido Liberal Democrático (PLD), un tribunal de la capital hizo pública la sentencia en la que se condena al Gobierno provincial de Tokio a indemnizar a un grupo de profesores y otros empleados que fueron repetidamente sancionados por negarse a ponerse en pie durante el izado de la bandera y a cantar el himno nacional durante las ceremonias de inauguración y clausura del curso escolar. Es la primera vez que un juez establece que la obligación de levantarse ante la bandera y entonar el himno es una violación de la libertad de pensamiento, reconocida por la Constitución nipona.

Este fallo judicial se produce en medio de las nuevas expectativas creadas por el perfil del nuevo presidente del PLD. Abe, que el martes sustituirá a Junichiro Koizumi como primer ministro, ha ganado las elecciones internas de su partido proclamando la necesidad de forjar un Japón más decisivo. "Quiero hacer de Japón un país amado y respetado por los países del mundo, un país que ejerce liderazgo", dijo el miércoles, tras confirmarse su victoria.