El 6 de octubre del año pasado, tras un turbulento proceso de confirmación marcado por acusaciones de agresión y comportamientos sexuales inapropiados en su juventud y falta de veracidad en sus respuestas, el juez Brett Kavanaugh llegó al Tribunal Supremo, asentando una estable mayoría conservadora en la corte vital de Estados Unidos. Ahora, el magistrado y su pasado pero también el FBI y la Administración de Donald Trump, vuelven al atolladero.

Este fin de semana 'The New York Times' publicó un extracto de un libro escrito por dos de sus reporteros sobre Kavanaugh, que fue confirmado por el Comité Judicial del Senado después de que testificara Christine Blasey Ford, que le acusó de una agresión sexual en su etapa universitaria. El texto da nuevos detalles sobre cómo el FBI ignoró la lista de 25 potenciales testigos que facilitaron a la agencia los abogados de Deborah Ramirez, otra mujer que asegura que en una fiesta Kavanaugh puso su pene en su cara. Ninguno fue interrogado ni Ramirez convocada a testificar.

El libro, además, revela un incidente similar al de Ramírez que no se había hecho público hasta ahora: otra fiesta en la que Kavanaugh, supuestamente, también se bajó los pantalones. Amigos borrachos, según el relato que hizo Max Stier, compañero de clase en Yale que estaba presente en la fiesta y ahora es prominente abogado de Washington, empujaron a una mujer hasta poner los genitales del ahora juez en su mano. La mujer, que también estaba ebria, ha dicho no recordar lo sucedido.

Las revelaciones han provocado otro terremoto , especialmente porque se ha sabido que el senador demócrata Christopher Coons escribió una carta el 2 de octubre al director del FBI, Christopher Wray, pidiéndole que investigara específicamente las alegaciones de Stier. La agencia, a la que la Administración dio solo una semana para sus pesquisas, no lo hizo ni entrevistó al testigo. El presidente republicano del comité y la máxima representante demócrata iban en copia.

'IMPEACHMENT' Y TUITS

Elizabeth Warren, Bernie Sanders, Kamala Harris y Julián Castro, candidatos demócratas en busca de la nominación presidencial, han pedido que se abra un proceso de 'impeachment' contra Kavanaugh. El exvicepresidente Joe Biden no ha ido tan lejos pero sí ha pedido una investigación para determinar si la Administración Trump y los republicanos del Senado presionaron al FBI para ignorar pruebas.

El presidente, mientras, ha ventilado su furia las últimas 48 horas en Twitter. Trump asegura que las revelaciones son un intento de influenciar las opiniones" de Kavanaugh en el Supremo, ha sugerido al juez que empiece a demandar a gente por libelo y también al Departamento de Justicia que salga a su rescate.