Los vericuetos legales de recursos y apelaciones hacen imposible saber aún qué pasará el 9 de septiembre, el día en que está previsto que Manuel Antonio Noriega salga de la cárcel de Miami donde ha pasado los últimos 15 años por cargos de narcotráfico y crimen organizado.

De momento, la decisión tomada ayer por un juez en Florida que aprobó una orden de extradición a Francia hacen como futuro inmediato más probable un encuentro del dictador panameño con la justicia gala, que ya le condenó in absentia a 10 años de prisión por delitos de blanqueo de 2,3 millones de euros obtenidos del narcotráfico.

La orden que el juez William Turnoff aprobó ayer y emitirá hoy es prácticamente una formalidad después de que el viernes pasado diera luz verde a la extradición otro magistrado, William Hoeveler, el hombre que presidió el juicio contra Noriega en Miami en 1992, dos años después de que el dictador se entregara en la Embajada del Vaticano en Panamá tras ser sometido a un intenso asedio del Ejército estadounidense, que invadió Panamá en 1989.

Estas dos últimas decisiones judiciales son un batacazo para el equipo legal del general, que había intentado que este fuera repatriado a Panamá argumentando que ha sido un prisionero de guerra. La Convención de Ginebra, alegan, ofrece a los presos a los que se da ese estatus la repatriación inmediata una vez que cumplen sentencia.

CARGOS MAS GRAVES El interés en volver a Panamá de Noriega puede resultar chocante teniendo en cuenta que en su país ha sido condenado in absentia por cargos más graves, incluyendo los de asesinato y violación de los derechos civiles. Pero no lo es si se ha estado atento a cambios en las leyes panameñas que permiten a los condenados de más de 70 años cumplir sentencia en arresto domiciliario. Noriega --algunos de cuyos aliados siguen en el poder-- dice tener 73 años.

Frank Rubino, el abogado del dictador, había sugerido con anterioridad que podría apelar la orden de extradición francesa, lo que forzaría a EEUU a mantener bajo su custodia a Noriega mientras se resuelven los recursos legales. Ayer, aunque no detalló los futuros pasos legales, Rubino declaró: "No han oído la última palabra en este caso". La Administración de George Bush se ha mostrado favorable a la extradición a Francia de Noriega, un hombre al que Washington apoyó inicialmente en su escalada al poder en Panamá. La CIA llegó a contar con Noriega como uno de sus "activos" cuando George Bush padre --el presidente que aprobó la invasión-- era el jefe de la agencia.