La clase política francesa está consternada por la dura sentencia dictada ayer contra el exprimer ministro Alain Juppé por un caso de corrupción. El tribunal correccional de Nanterre condenó al presidente del partido de derechas que gobierna Francia --la Unión por un Movimiento Popular (UMP)-- a 18 meses de prisión bajo fianza y lo inhabilitó políticamente durante 10 años por el caso de los empleos ficticios en el Ayuntamiento de París, cuando era alcalde el actual presidente francés, Jacques Chirac.

Los jueces consideran probado que Juppé cometió "arreglos ilegales" para pagar con fondos del Ayuntamiento de París los sueldos de siete personas que en realidad trabajaban para el partido Reagrupamiento para la República (RPR). Los hechos se remontan al periodo transcurrido entre 1988 y 1995, cuando Juppé era secretario general del RPR y adjunto de Finanzas en el consistorio. Era también la mano derecha del Chirac durante su etapa como alcalde de París.

PALIDO Y ABATIDO Los jueces consideran que la naturaleza de los delitos cometidos es "insoportable para la sociedad" y afirman que Juppé "traicionó la confianza del pueblo". Son unas acusaciones muy duras que dejaron sin palabras al presidente de la UMP. Pálido, Juppé abandonó la sala sin hacer declaraciones a la prensa, aunque, según sus abogados estaba "abatido".

El abogado de Juppé ya ha anunciado que recurrirá la sentencia, lo que deja en suspenso la condena y su inhabilitación política. El letrado Francis Szpincer calificó la decisión judicial de "criticable e injusta".

Sus compañeros de partido se encerraron en la sede de la UMP, cerrada como un búnquer para la prensa. La sorpresa y la incredulidad fueron los sentimientos generales entre los militantes y dirigentes. Uno de los dos portavoces del partido, Fran§ois Baroin, expresó su "gran conmoción" y su "inmensa tristeza". La derecha se deshizo en elogios de Juppé y su "coraje".

A nadie se le escapa el sacrificio de Juppé en favor de Chirac, alcalde de París y presidente del RPR cuando se cometieron las irregularidades. "Quien tendría que ser inhabilitado no es Juppé, sino Chirac", dijo el líder de los Verdes, Noël Mam¨re.

INMUNIDAD El presidente francés goza de inmunidad presidencial. El Consejo Constitucional estimó en su momento que no se podía investigar al jefe del Estado. Sin embargo, la justicia tiene en su poder una nota escrita a mano por el propio Chirac en 1993, cuando era alcalde, en la que pedía recompensar a una mujer por su trabajo en el RPR.

El Tribunal de Apelación de Versalles podría dictar una sentencia definitiva antes de finales de año. Mientras no se resuelve el recurso, queda en el aire la carrera de sucesión de Chirac, en la que compiten Juppé, el ministro del Interior, Nicolas Sarkozy, y primer ministro, Jean- Pierre Raffarin. Juppé tendrá que aclarar si cumple lo que dijo hace 15 días, cuando aseguró que se retiraría si es condenado.