La justicia taiwanesa ordenó ayer sellar las urnas para un posible nuevo recuento, tras la polémica victoria del presidente Chen Shui-bian por un ajustado margen del 0,2% de los votos en las elecciones presidenciales celebradas el pasado sábado. El derrotado Lien Chen, candidato del opositor Kuomintang, declaró que la elección no había sido "honesta" y pidió a sus partidarios que se preparen para reclamar su "anulación".

Menos de 30.000 votos, sobre unos 13 millones de sufragios emitidos separaron, según los datos del recuento oficial, al vencedor Chen Shui-bian del líder opositor. La oposición también sospecha que el supuesto atentado que sufrió el presidente en la víspera de la consulta electoral fue una maniobra para dar la vuelta a los sondeos, que, hasta entonces, daban como vencedor a Lien Chen.