El Tribunal Europeo de Derechos Humanos desaprobó ayer a Turquía por las condiciones que rodearon la detención del líder kurdo Abdulá Ocalan, en 1999, y por la falta de garantías procesales del juicio, en el que se le condenó a muerte por traición al Estado y por su responsabilidad en la muerte de 30 personas en atentados cometidos por el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK).

Ocalan cumple actualmente cadena perpetua, ya que en octubre del 2002 le fue conmutada su condena a muerte, meses después de que el Parlamento turco aboliera la pena capital en tiempos de paz, dentro de los intentos del país por cumplir los criterios de la Unión Europea para facilitar su ingreso.