Un informe de los servicios secretos franceses revela que la organización terrorista Al Qaeda ha empezado a utilizar un arma que escapa al control de los arcos de seguridad de aeropuertos y edificios. Según publicó ayer Le Figaro , se trata de una bomba-supositorio que el terrorista suicida activa con un teléfono móvil.

Solo los rayos X son capaces de localizar este explosivo anal, empleado por primera vez el 28 de agosto en Arabia Saudí por Abul Khair. El cuerpo del suicida quedó fragmentado en 70 trozos. La nueva arma de Al Qaeda, sistema habitual para introducir drogas, inquieta a los servicios secretos franceses, que ven muy difícil protegerse de este tipo de acciones. Ante la imposibilidad de someter a rayos X a los millones de pasajeros de los aeropuertos, se plantean si los móviles deberían entregarse a la tripulación.