El presidente de Afganistán, Hamid Karzai, dio ayer el pistoletazo de salida al diálogo con los insurgentes talibanes al inaugurar el Consejo de Paz, una herramienta destinada a convencer a los grupos violentos que operan en el país a abandonar las armas.

"En cada provincia, en cada distrito, en cada casa, los afganos quieren la paz", apuntó ayer el mandatario durante el discurso inaugural en el palacio presidencial en presencia de los 68 miembros que integran el consejo. Uno de los miembros más destacados es Sebhatulá Mujadidi, antiguo líder muyahidín y primer presidente de Afganistán tras la caída del régimen comunista en 1992. Otros miembros dignos de mención son Abdul Hakim Mujahid --exrepresentante ante la ONU del régimen talibán vigente entre el 1996 y el 2001-- y Arsalan Rahmani --ministro de Educación del Gobierno integrista--.

En la Conferencia de Kabul, Karzai no logró el aval internacional a un plan de reconciliación en el que prevé gastar 784 millones de ayuda extranjera para reintegrar a 36.000 insurgentes.