Treinta años después del golpe militar más dramático de la historia argentina, el presidente, Néstor Kirchner, pidió al Tribunal Supremo que se pronuncie sobre la validez de los indultos que beneficiaron en 1990 a los dictadores y dirigentes involucrados en delitos de lesa humanidad.

"Nadie puede pedir que un decreto derogue a otro. Espero que la justicia proceda", dijo Kirchner. Fue otro presidente peronista, Carlos Menem, el que "perdonó" a Jorge Videla y Emilio Massera, entre otros dirigentes, aunque al final han sido procesados por el robo de niños de padres secuestrados. Para Kirchner, ni las leyes de "punto final" y "obediencia debida" --anuladas en el 2003 por el Congreso-- ni los indultos "fueron los caminos adecuados para imponer la verdad y la justicia". Algunos jueces ya declararon estos últimos "inconstitucionales".