"Información absurda" y "tentativa maníaca de explotar la cuestión de Rusia en la campaña electoral" norteamericana. Estas son las reacciones del portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, a las acusaciones procedentes del entorno de la candidata demócrata a la Casa Blanca, Hillary Clinton, de que hackers al servicio del Estado ruso habían pirateado los correos electrónicos que demostraban el favoritismo del liderazgo del Partido Demócrata hacia la exsecretaria de Estado. El motivo, según estas fuentes, estaba claro: se trataba de mejorar las expectativas electorales del republicano Donald Trump, un candidato que ha defendido la necesidad derelajar el compromiso de Defensa de EEUU con los aliados europeos, con vinculos empresariales con Rusia y que intercambiado loas con el líder del Kremlin, Vladimir Putin.

Lo cierto es que el candidato republicano posee una visión del papel de EEUU en las alianzas militares que agrada en Moscú, y despierta recelos en muchos países europeos, en particular las repúblicas bálticas y los exmiembros del Pacto de Varsovia. Trump ha dicho que si llega a ser presidente, en caso de conflicto, EEUU solo defendería a aquellos países "que hubieran cumplido con sus obligaciones" hacia EEUU. El magnate se refería a la vieja demanda norteamericana de que los países miembros de la OTAN incrementasen sus presupuestos de Defensa.

VISITANTE ASIDUO DE RUSIA

Los contactos empresariales de Donald Trump, calificado por Putin como un hombre "con mucho talento", y sus vínculos con magnates rusos, próximos al líder del Kremlin, están siendo examinados con lupa durante estos días por los medios de comunicación. Trump y su familia han visitado Rusia en varias ocasiones, la primera de ellas en 1987 a invitación de la embajada de la URSS en Washington. En el 2013 llevó el concurso Miss Universo a Moscú de la mano de un socio ruso con importantes conexiones con el Kremlin: Aras Agalárov, un magnate nacido en Azerbaiyán con una fortuna, según Forbes de unos 1.300 millones de dólares e intereses en el sector de la construcción, al igual que Trump y con el que el neoyorquino esperaba sacar adelante proyectos urbanísticos conjuntos en Moscú. "Moscú es, en estos momentos, un lugar muy importante", proclamó Trump durante los días en que tuvo lugar el evento, que se celebró en el Crocus City Hall, una sala de conciertos en las proximidades de la capital rusa propiedad de Agalárov.

Dos importantes asesores de Trump han mantenido o mantienen vínculos con dirigentes prorrusos o empresas próximas al Kremlin. Paul Manaford, presidente nacional de la campaña de Trump, colaboró en el 2010 con el expresidente ucraniano, Víktor Yanukóvich, para mejorar su imagen y lograr el triunfo en las presidenciales de aquel año. Además, Carter Page, consejero de Trump para Política Exterior, ha trabajado de asesor de Gazprom, el gigante ruso del gas, en algunos de sus principales proyectos, como en la compra de un porcentaje de una explotación de petróleo y gas en el mar de Okhotsk, en el extremo Oriente ruso. Se ha lamentado públicamente del daño que las sanciones causaban a sus intereses empresariales.

Las televisiones estatales rusas, bajo el firme control del Kremlin, a estas alturas no ocultan ya sus simpatías hacia Trump.Dmitri Kiselyov, el presentador estrella del primer canal de televisión rusa, célebre por sus diatribas contra los homosexuales y Occidente, acusó al sector del Partido Republicano que rechaza a Trump de urdir con los sus homólogos demócratas un plan secretopara impedir que Trump llegue a la Casa Blanca. "Trump está dispuesto a encontrar un lenguaje común con Putin; es ésta la razón por la que no le necesitan", ha dicho