El caos y la incertidumbre crean oportunidades y el presidente sirio, Bashar al Asad, las ha utilizado a la perfección: este lunes, por la desesperación de las milicias kurdosirias de las YPG acorraladas por la ofensiva que Turquía lleva a cabo desde miércoles pasado, Damasco y los kurdos han llegado a un acuerdo que servirá en un futuro para que Asad retome el control de todo el país.

Según el pacto, el régimen ayudará a repeler la ofensiva turca en el norte de la frontera siria. A cambio, las YPG han dejado que los soldados sirios entren en un territorio en el que, en muchos casos, llevaban más de seis años sin pisar. Asad, hoy más que ayer, está mucho más cerca de su objetivo final: controlar todo el país.

Las ciudades de la región Qamishlo, Hasaka, Kobane, Ain Isa y Malakia, por el momento, siguen bajo control de las YPG. Res al Ain y Tel Abiad ya han sido conquistadas por Turquía y sus milicias afines.

"He estado esta mañana en Qamishlo y la situación sigue igual que ayer. Las YPG dicen que los militares de Asad solo estarán en la frontera", dice el kurdo Naman. "No había alternativa de pactar con Asad porque todos los demás nos han traicionado. Sabemos que Asad es un asesino. Pero tenemos confianza en nuestros soldados porque ellos luchan por su vida; Asad, por su silla. Este es nuestro destino", ha añadido.

COMBATES EN MANBIJ

Turquía, que está avanzando a gran velocidad en su ofensiva en territorio sirio, empezó esta ofensiva contra las YPG por los vínculos de esta milicia kurdosiria con la guerrilla del PKK, en guerra contra el Estado turco desde los años 80. El PKK es considerada una organización terrorista tanto en Europa como en EEUU.

En seis días, el Ejército turco que pelea con facciones opositoras a Asad ha controlado ya 50 localidades justo al sur de la frontera. Ahora llega el siguiente paso: ya han comenzado los combates para conquistar la ciudad de Manbij , defendida por Asad y los kurdos. De momento solo los milicianos pro Turquía están en combate; Turquía da apoyo aéreo.

En el mundo, casi nadie apoya a Erdogan en su operación. Esto enfada al presidente turco, que se muestra contrariado. "Estamos determinados a llevar la operación Manantial de Paz hasta el final. No pararemos. Una vez nuestra bandera se alza, nunca baja", ha dicho el presidente turco.

Así, tras el acuerdo de Damasco con las YPG, desencadenado por la intervención turca, el experimento político y militar de las milicias kurdosirias está casi tocado de muerte. Asad tomará el control de la región, aunque las milicias kurdosirias serán las que, de momento, seguirán gobernando las ciudades de la zona. Pero algo está claro: el futuro de Siria, su mapa, equilibrios y, en definitiva, las perspectivas de la guerra, no tienen nada que ver con las de hace una semana.