Seis presuntos miembros de Al Qaeda fueron condenados ayer a muerte en Kuwait, por su participación en varios atentados y enfrentamientos ocurridos a principios de año en el emirato, en los que murieron nueve policías y ocho radicales islamistas. Nunca antes en la historia de Kuwait un tribunal había dictado tan alto número de condenas a muerte en el mismo juicio.

Los seis condenados a la pena capital fueron juzgados junto con otros 31 islamistas pertenecientes al grupo Leones de la Península. Un séptimo acusado fue condenado a cadena perpetua y varias personas deberán cumplir penas de cárcel de entre 4 meses y 15 años.

Algunos de los miembros del grupo confesaron durante los interrogatorios que planeaban cometer atentados suicidas en Kuwait. Otros denunciaron, sin embargo, que esas confesiones las hicieron bajo malos tratos.

La Fiscalía General del emirato había solicitado la pena capital para 34 de los 37 juzgados: 25 kuwaitís, dos jordanos, un saudí, un australiano, un somalí y siete árabes cuya nacionalidad se desconoce. De este grupo de 37, 10 están huidos y fueron juzgados en rebeldía.

Las autoridades kuwaitís vinculan a Leones de la Península a la red Al Qaeda de Osama bin Laden, con conexiones en Irak y Arabia Saudí. El supuesto líder del grupo, Amer Jlaif al Enezi, murió mientras se encontraba bajo custodia policial, el pasado mes de enero, 10 días después de ser detenido. Su esposa, Nuha, enferma de cáncer, fue puesta ayer en libertad bajo fianza.

CONTRA EL REGIMEN Además de su implicación en los episodios de violencia de principios de año, los condenados están acusados de haber tratado de derrocar al régimen kuwaití, de conspirar para secuestrar y asesinar a soldados de EEUU y a ciudadanos occidentales residentes en el emirato, y de preparar atentados contra convoyes de EEUU con destino a Irak.