Huyeron de Beit Lahya, en el norte de la franja, escenario de cruentos combates con las fuerzas israelís, para protegerse en una escuela de la ONU, señalizada con su bandera azul ondeante, en la ciudad de Gaza. Y ayer encontraron allí la muerte. Las tres víctimas eran primos: Rawhi Sultan, de 21 años, Abed (19) y Husein, de 20. Se creían seguros en la escuela Asmaa, situada en el campo de refugiados de Chati, cercano a Gaza.

Pero solamente unas horas después de su llegada al edificio de la organización internacional, un helicóptero de combate israelí lanzó un misil que les segó la vida. En la escuela se refugian alrededor de 450 palestinos.

"La bandera de la ONU debía protegernos, eso pensábamos, pero mientras los judíos estén aquí, la muerte nos perseguirá por todas partes", argumentaba ayer Bahjat Sultan, un familiar de las víctimas. En el interior de la escuela, las paredes de los lavabos estaban cubiertas de manchas de sangre y el suelo lleno de jirones de carne. Los zapatos resbalaban al pisar la sangre. "¿Dónde están los árabes, dónde están sus cohetes?", grita Bahjat Sultan, y añade: "¿Por qué no atacan Tel-Aviv?".

Oum Ezz Al Hamlawi, de 39 años, está refugiado en la escuela con sus siete hijos. "Tras el ataque de las fuerzas israelís, tenemos más miedo que nunca. Podemos morir en cualquier momento y nada nos puede proteger de los israelís", se lamentaba ayer esta madre de familia, para dejar patente las pésimas condiciones de vida en el colegio, sin agua potable, ni alimentación, ni mantas.