No lanzó un solo detalle sobre su esperada propuesta para relanzar el proceso de paz entre árabes e israelís, pero sí demostró un nuevo enfoque, más serio y ecuánime con los victimismos de uno y otro lado, así como una convincente determinación para desbloquear la rueda. En uno de los ejes de su discurso de ayer en El Cairo, Obama pidió a Israel que deje de negar el derecho a existir de "Palestina", frene los asentamientos y mejore la "intolerable situación de los palestinos". A los árabes les dijo que ya es hora de empezar a reconocer la legitimidad del Estado judío.

Nunca se había pronunciado Obama con tanta claridad y dureza respecto al conflicto. El presidente recordó que la alianza de su país con Israel es "inquebrantable" y que su derecho a un Estado está avalado por el sufrimiento judío en el Holocausto. "Al mismo tiempo los israelís deben reconocer que tal y como el derecho de Israel a existir no puede negarse, tampoco el de Palestina", afirmó.

ASPIRACIONES Obama fue profuso en detalles. Se refirió al "dolor" de los refugiados y aseguró que su país no dará la espalda a las aspiraciones palestinas a un Estado: "Ellos soportan las humillaciones diarias que implica la ocupación. Seamos claros: la situación del pueblo palestino es intolerable".

Respecto a los asentamientos judíos en los territorios palestinos, el presidente de EEUU fue tajante. "La expansión de los asentamientos viola los acuerdos previos y frena los esfuerzos para la paz. Es hora de que se detengan", afirmó categórico.

En Israel la preocupación es evidente. Es difícil recordar un presidente de EEUU que no haya pisado Jerusalén en su primer viaje a la región. Sin embargo Obama, que pidió a los palestinos que renuncien a la violencia, también quiere que los árabes muevan ficha. Desde la Administración demócrata se intenta que den pasos hacia la normalización con Israel, con gestos como abrir oficinas comerciales o permitir la llegada de turistas israelís a sus países. "La iniciativa árabe es un comienzo importante, pero no el final de las responsabilidades", les argumentó ayer Obama refiriéndose al plan saudí.