Cuando el rapero Kanye West le atribuyó indiferencia motivada por racismo ante el desastre del Katrina, Bush se sintió muy dolido. "A George Bush no le importan los negros", clamó West. "Cinco años después, no puedo escribir esas palabras y no sentirme indignado. La sugerencia de que era un racista por la respuesta ante el Katrina significó el momento más bajo de mi vida. Le dije a mi esposa que ese era el peor momento de mi presidencia".

Reconoce que la respuesta fue "defectuosa", pero culpa a todo el mundo excepto a sí mismo. "Quizá debí reconocer antes las deficiencias de los demás e intervenir más rápido". Indica que le indignó ver por televisión los saqueos, incluso por parte de policías. "Me indigné al ver a agentes salir de tiendas con aparatos de televisión. Fue como ver el reverso de lo que había pasado en Nueva York con el 11-S".