Por primera vez, el caucus de Nevada se ha convertido en una cita crucial en el calendario de las primarias de EEUU, aunque solo para el Partido Demócrata (los republicanos votaron ayer pero sus candidatos se centraron en Carolina del Sur). La decisión se tomó para que un estado donde el peso de la población hispana es muy importante le diera a la carrera electoral un toque de diversidad que no tienen los estados donde se celebraron las dos primeras citas trascendentes (Iowa y Nuevo Hampshire).

Por eso, las dos estrellas de la campaña (Hillary Clinton y Barack Obama) se jugaban ayer (al cierre de esta edición aún no había resultados) algo más que el puñado de delegados en juego: su credibilidad entre la creciente población hispana.

Los hispanos son ya el 13% de la población estadounidense y Nevada --el cuarto estado con presencia de hispanos, con un 23,5% de la población-- es el que experimenta un crecimiento más rápido de la población latina. Sus preocupaciones son como las del resto del país: la economía, la sanidad, la guerra de Irak (la presencia de hispanos en el Ejército es muy alta) y la inmigración. Un 57% de los hispanos registrados para votar en EEUU se definen como demócratas.

En este electorado es donde Clinton y Obama se han volcado. Clinton tenía a su favor el recuerdo de la Administración de su marido, y las encuestas le daban una ligera ventaja. Obama, el apoyo del Sindicato de Trabajadores Culinarios, con más de 60.000 trabajadores. Fue su presión la que logró que ayer se diera una imagen curiosa: la celebración de caucus en los casinos de Las Vegas. El senador por Illinois tenía en contra la animadversión entre la comunidad hispana y la negra. Por eso, Nevada era una prueba crucial para su mensaje, que intenta superar las divisiones raciales en EEUU.

AJUSTADO DUELO Los republicanos estaban centrados ayer en Carolina del Sur, el primer estado sureño en celebrar primarias. Las encuestas predecían un ajustado duelo entre Mike Huckabee (vencedor en Iowa) y John McCain (ganador en Nuevo Hampshire). Mitt Romney y, sobre todo, Fred Thompson necesitaban un buen resultado.