El juez del Tribunal Federal Supremo de Brasil, Gilmar Mendes considera que el encarcelado expresidente Luiz Inácio Lula da Silva merece un nuevo juicio, a luz de una filtración de conversaciones en las redes sociales que parecen mostrar que el magistrado a cargo del mayor caso de corrupción en la historia, colaboró con los fiscales.

Mendes afirmó en una entrevista con Reuters, que la investigación conocida como 'Lava Jato' fue un éxito en combatir con la "metástasis de corrupción" en Brasil, pero se politizó y los fiscales fueron muy lejos. Lula cumple 12 años de prisión por aceptar sobornos y el juez que lo condenó, Sergio Moro, es ahora el ministro de Justicia del presidente derechista Jair Bolsonaro.

UN NUEVO PANORAMA

La opinión de Mendes podría pesar en otros de los 11 miembros del Tribunal Federal Supremo, que pospuso una decisión con una fuerte carga política sobre si Moro fue imparcial al juzgar a Lula. Si se dictamina que no lo fue, el exmandatario podría enfrentarse a un nuevo juicio y ser exonerado.

El Gobierno de Bolsonaro y sus partidarios se oponen firmemente a cualquier medida del Tribunal Supremo que pueda liberar a Lula. Mendes ha asegurado que había dudas sobre si se siguió el debido proceso en el juicio contra Lula y si en realidad era cómplice en el enorme esquema de corrupción revelado por 'Lava Jato', que involucró corrupción y sobornos políticos por contratos con la empresa Petrobras y otras firmas estatales. "Le debemos a Lula un juicio justo", ha recalcado Mendes en la entrevista.

EL LAVA JATO MANIPULADO

La filtración de las conversaciones entre Moro y los fiscales, realizada por el sitio The Intercepted fue un paso positivo, según Mendes, ya que podría poner fin a la investigación 'Lava Jato' que había llegado a "monopolizar" la guerra brasileña contra la corrupción.

"Lava Jato se convirtió en una suerte de Santa Trinidad: Ellos investigaron, ellos juzgaron, condenaron e hicieron las leyes", ha aseverado el juez. Tanto Moro como el fiscal Deltan Dalagnol, que lideró la investigación, han negado haber actuado mal en sus comunicaciones.