Cuando la camioneta pasó por la calle haciendo sonar el toque de diana a través de la megafonía, a las 6 de mañana, Angie ya estaba despierta. Tuvo suerte en esta ocasión. En elecciones anteriores, la llamada a las urnas de los chavistas empezaba a las tres de la mañana.

Antes de salir a votar, en la populosa zona de Caricuao, en Caracas, ella escribió en Twitter: "¡Buenos días, twitteros! La gente de la diana se quedó dormidísima, acaban de pasar hace 10 minutos!". No tuvo tanta fortuna Mariela, residente de San Bernardino, a quien el ruido de los petardos desveló hacia las 4 de la mañana.

Huellas dactilares

A esa misma hora, el presidente inició su particular batalla pidiendo a sus seguidores en Twitter: "¡Que resuenen las dianas por toda esta tierra mojada! ¡Levántate pueblo mío y desenvaina tu espada! ¡Vamos con Dios!". El sonido militar de la trompeta y el escándalo de los fuegos artificiales son ya distintivos de los procesos electorales en Venezuela desde que Hugo Chávez asumió el poder.

El temor a las fuertes lluvias vespertinas que han caído en las últimas semanas impulsó a los ciudadanos a acudir temprano a los colegios electorales. A pesar de que los ciudadanos debían emitir hasta cinco votos, dependiendo del circuito electoral, las colas en general fluyeron con bastante rapidez tanto frente a los terminales para captar las huellas dactilares, mecanismo para identificar a los electores, como ante las máquinas de votación. Estas estaban equipadas con un dispositivo táctil que parece un boleto tradicional.

Las dos horas de cola que Iris debió aguardar bajo el sol fueron, no obstante, un alivio. Aún no olvida las nueve horas que necesitó para votar en el referendo del 2004.