El Líbano puso ayer en libertad a los cuatro generales prosirios considerados hasta ahora como los principales sospechosos de la trama que acabó con la vida del primer ministro Rafik Hariri y otras 22 personas en un brutal atentado cometido en febrero del 2005. Su liberación se produjo solo unas horas después de que el Tribunal Especial para el Líbano, creado por mandato de la ONU para investigar el magnicidio, ordenara su excarcelación por falta de pruebas.

En realidad, la decisión de la corte representa un duro golpe para el bloque proocidental del primer ministro, Fuad Siniora, a poco más de un mes de la celebración de las elecciones generales. Desde el primer día, esta corriente política ha acusado a Siria de estar detrás del asesinato de Hariri y ha presionado para que se estableciera el tribunal internacional.