El Alto Consejo de Justicia libio, que depende del Gobierno, revocó ayer las condenas a muerte que pesaban sobre las cinco enfermeras búlgaras y el médico palestino acusados de haber contaminado a 438 niños con el virus del sida. La instancia judicial decidió conmutar las penas de muerte por cadenas perpetuas, lo que debe desembocar en la extradición a Bulgaria de los seis profesionales, que llevan ocho años en prisión. La repatriación podría efectuarse en unos días.

El Alto Consejo de Justicia tuvo en cuenta la decisión de las familias de los niños de renunciar a que se aplicara la pena de muerte tras haber recibido cada una de ellas una indemnización de un millón de dólares (726.000 euros). El fondo ha sido dotado colectivamente por Bulgaria, Libia y varios países europeos. Bulgaria ofreció ayer a Libia condonar una parte de su deuda.