Nadie dudaba de que este conservador pragmático manejaba los hilos de la movilización en apoyo al reformista Musavi. Incluso aunque lo hiciera en un prudente segundo plano que llegaba a exasperar a los opositores que se jugaban la vida en la calle.

"¿Dónde está Rafsanyani?", se repetía en Twitter cuando las protestas languidecían ante la dura represión y la falta de liderazgo visible. Ayer dio un paso al frente, cuyo alcance está por ver.