Cuenta atrás para una posible intervención en Zimbabue ante el vertiginoso deterioro de la situación. "Pido a la Unión Africana y a la Comunidad para el Desarrollo del Africa Austral (SADC) que tome la iniciativa para lanzar lo que yo llamo un mecanismo de transición", imploró ayer, ante su domicilio, el líder del Movimiento para el Cambio Democrático (MDC), Morgan Tsvangirai, tras salir por un breve intervalo de tiempo de la Embajada de Holanda, donde se había refugiado del acoso gubernamental. El continente africano debe "actuar" con el envío a Zimbabue de "tropas armadas de mantenimiento de la paz" y garantizar un "período transitorio", suplicó Tsvangirai.

La situación no dejó de deteriorarse durante la jornada de ayer, tras la retirada de Tsvangirai de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales. Al menos 300 simpatizantes del MDC irrumpieron en la embajada surafricana en Harare buscando protegerse del constante hostigamiento de elementos afines al régimen de Mugabe. La rueda de prensa de Tsvangirai en Harare estuvo repleta de condiciones para reiniciar el diálogo con el poder: sí a una negociación con la formación política gubernamental ZANU-PF, pero nada que hablar con el Ejecutivo que surja de las urnas. "Ha llegado el momento de la acción", resumió.

CORO DE VOCES La crisis zimbabuense estuvo en el centro del debate de la reunión de la comisión de seguridad de la SADC en Suazilandia. El mediador para la región, el presidente surafricano Thabo Mbeki, partidario de la conciliación, no acudió, aludiendo que no había sido invitado. Tras la reunión, un comunicado de la SADC se unió al coro de voces que exigen el aplazamiento electoral: "La celebración de las elecciones en las circunstancias actuales puede restar credibilidad y legitimidad al resultado".

La SADC no fue la única en alzar el tono contra Mugabe. Kenia urgió a la comunidad internacional a actuar. "Si no se actúa ahora, tendremos una situación muy similar a la que sucedió en Ruanda", declaró el primer ministro keniano, Raila Odinga, en referencia al genocidio en el que perdieron la vida 800.000 ruandeses. Y es que el caos económico se ha apoderado del país, con millones de zimbabuenses buscando refugio fuera de sus fronteras y una inflación que llega a dos millones por ciento.

Occidente, por su parte, también condenó la actitud de Mugabe de hacer oídos sordos a los llamamientos en favor de un aplazamiento de la consulta electoral. Las autoridades del Reino Unido anunciaron que preparaban una nueva batería de sanciones contra personalidades del régimen zimbabuense. París dijo que no reconocerá al poder que surja de la elección.

REPULSA DE ISABEL II Por su parte, la reina Isabel II de Inglaterra despojó ayer a Mugabe de su título de caballero, en "señal de repulsa" por las violaciones de los derechos humanos y el "desprecio abyecto" hacia la democracia en el país africano bajo su régimen. Por recomendación del jefe de la diplomacia británica, David Miliband, la soberana aprobó la anulación del título. Mugabe es el primer extranjero en ser despojado del título de caballero desde el dictador rumano Nicolae Ceausescu en 1989, el día antes de su ejecución.