El joven clérigo radical shií Moktada al Sadr, convocó ayer a "todos los iraquís, sunís y shiís, musulmanes y no musulmanes", a una gran manifestación en Bagdad para "exigir la salida de las fuerzas de ocupación". El movimiento del religioso shií selló un "pacto de honor" con el Comité de Ulemas sunís, que rechaza todo proceso político dirigido por EEUU, para evitar más enfrentamientos sectarios, que ayer se saldaron con unos 30 muertos, incluidos dos soldados norteamericanos.

La alianza entre el movimiento de Al Sadr, líder del Ejército del Mehdi, y los líderes religiosos sunís, refuerza el frente contra la presencia de tropas extranjeras en Irak.

Entretanto, el primer ministro del país, Ibrahim Yafari, se mostró optimista tras su reunión la noche del sábado con líderes políticos del país para formar un Gobierno de unidad nacional. A la reunión asistieron representantes del Frente del Acuerdo Nacional, principal coalición suní.

Pero ni los esfuerzos políticos ni las medidas de seguridad evitaron otra jornada de violencia sectaria. Al menos 16 personas murieron y 45 resultaron heridas en dos ataques con morteros en el barrio Al Dura de Bagdad. En Baquba, hombres armados mataron a dos adolescentes e hirieron a otros seis que jugaban al fútbol. Y cinco personas fallecieron al estallar una bomba junto a un minibús en Hila, al sur de la capital. Otros atentados causaron siete muertos más.