Pasado el mal trago de sus encuentros del miércoles con el presidente de Francia, Jacques Chirac, y de ayer con el Papa, José María Aznar respiró por fin tranquilo al encontrarse con el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi. Los dos líderes, que junto al británico Tony Blair abanderan el frente aliado de EEUU contra Irak, defendieron la "presión" como único medio para desarmar a Sadam Husein y lograr una "solución pacífica".

En una breve comparecencia ante la prensa tras el encuentro en el palacio Chiggi, Aznar alegó que sus decisiones las ha tomado por el bien de los españoles. "Pensando en los ciudadanos de nuestros países, en la paz y la seguridad, no queremos ver un mundo sometido al chantaje de las armas de destrucción masiva y del terrorismo", dijo.

"UNA POSIBILIDAD DE PAZ"

El presidente remarcó su deseo de una solución pacífica de la crisis. "Nunca hay que darse por vencido cuando de la paz se trata. Aunque sólo hubiera una posibilidad, haremos lo posible por aprovecharla". dijo.

Berlusconi afirmó que la comunidad internacional no puede permitir que el "dictador" iraquí "ridiculice" a la ONU incumpliendo sus resoluciones. "Es Sadam el que va a decidir si su desarme será pacífico o forzado", advirtió. Y dijo a continuación: "No se puede aceptar que haya países o gobiernos no democráticos que puedan tener armas de destrucción masiva".

Anoche, Aznar recibió en la Moncloa a Blair, que llegó tocado políticamente después de que el miércoles 122 diputados laboristas se rebelaran contra su política ante Irak. El encuentro proseguirá hoy.