Los líderes iberoamericanos reunidos en Estoril no consiguieron ayer lograr una posición común sobre la legitimidad de las elecciones del domingo en Honduras. Las autoridades portuguesas tienen hasta este mediodía para redactar un documento que intente soldar la fractura que se abrió en la región tras el golpe de Estado que destituyó a Manuel Zelaya.

Todos los dirigentes coinciden en condenar el golpe, pero no se ponen de acuerdo en "qué significa el hecho nuevo" de la celebración de los comicios y de la victoria del conservador Porfirio Lobo. Costa Rica, Colombia y Panamá han reconocido las elecciones sin poner ninguna objeción, como ha hecho EEUU. En el extremo contrario se encuentran Venezuela, Bolivia, Cuba y Ecuador, que ven en esas elecciones "un fraude". Y entre esos dos bloques están España, Argentina, Chile y México, que consideran que, si se aceptan los comicios, se está legitimando el golpe.