El escenario se ha complicado después del anuncio del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, de imponer nuevamente las sanciones económicas contra Irán, lo que ha desatado un desequilibrio en la economía de ese país, en su moneda y los ciudadanos de iraníes se han manifestado en contra de esta situación, ya que consideran que sus ahorros pueden estar en riesgo.

Por tal motivo, la máxima autoridad de Irán, el ayatolá Ali Khamenei, pidió acciones legales “rápidas y justas” por parte de los nuevos tribunales para castigar “delitos económicos” orientados a desestabilizar a su país, esto después de que el jefe del poder judicial el ayatolá Sadeq Amoli Larijani, dijera que el país se enfrenta a una “guerra económica”.

Debido a esto, la moneda iraní -el rial- ha perdido aproximadamente la mitad de su valor desde abril bajo la amenaza de nuevas sanciones de Estados Unidos y debilitada por una fuerte demanda de dólares entre los ciudadanos iraníes, que intentan proteger sus ahorros ante el aumento del costo de la vida que se disparó en las últimas semanas, desatando manifestaciones esporádicas contra la especulación y la corrupción.

LOS CIUDADANOS SE MANIFIESTAN EN LAS CALLES

En esas protestas, muchos manifestantes gritaban consignas contra el gobierno, pero el banco central y el poder judicial han culpado a los “enemigos” de Irán por la caída de la moneda y el rápido aumento en el precio del oro; por lo que el poder judicial ha dicho que más de 40 personas, incluido un exfuncionario del banco central, han sido arrestados por cargos que pueden ser condenados incluso con la pena de muerte.

El poder judicial de Irán ha señalado que los “archienemigos” Estados Unidos e Israel, así como a los rivales regionales Arabia Saudita y opositores al gobierno que viven en el exilio, están fomentando los disturbios, además del hecho de que buscan aislar a Irán del plano de comercio internacional.

Esta situación comenzó después de que Estados Unidos se retiró de un acuerdo pactado en el 2015 entre las potencias mundiales y Teherán, en virtud del cual se levantaron las sanciones internacionales contra Irán a cambio de que aumentará las restricciones a su programa nuclear.

DURAS CONDENAS A LOS CULPABLES DE DELITOS FINANCIEROS

“Las condiciones económicas especiales actuales se consideran una guerra económica”, dijo el jefe del poder judicial, el ayatolá Sadeq Amoli Larijani, en una carta a Khamenei, en la que pedía la creación de tribunales especiales para tratar rápidamente los delitos financieros, según informó la televisión estatal iraní.

Khamenei estuvo de acuerdo con esta petición y dijo que “el objetivo de los tribunales debería ser castigar rápida y justamente a los culpables de prácticas económicas corruptas”, además de que “se debe aconsejar” a estos organismos para que aseguren “la exactitud de sus fallos” y no permitan más delitos orientados a desestabilizar a su país.

Los nuevos tribunales revolucionarios islámicos se establecerán durante dos años y se les ordenará imponer sentencias máximas a aquellos que “perturben y corrompan la economía”, y se reprimirán los derechos de apelación, propuso Amoli Larijani en su carta, leída en la televisión estatal.