Destacados dirigentes palestinos tratan de mediar desde ayer entre el presidente, Yasir Arafat, y el primer ministro Mahmud Abbas, más conocido como Abu Mazen, con vistas a alcanzar un acuerdo que permita desbloquear la crisis palestina desatada por el desacuerdo entre ambos líderes sobre la composición del Gobierno.

Los mediadores tienen tiempo hasta mañana, ya que es cuando vence el plazo que tiene el Parlamento para ratificar al Gabinete. Si para entonces Abu Mazen no ha conseguido formar su Gobierno, Arafat podría designar a otro candidado a primer ministro.

El problema al que se enfrenta Abu Mazen sigue siendo el mismo de los últimos días: la negativa de Arafat a que Mohamed Dahlan se haga cargo de la cartera de Seguridad. A Dahlan se le considera un moderado que está en contra de la "militarización" de la Intifada, punto éste en el que coincide con su actual mentor Abu Mazen. Por ese motivo, Dahlan y Abu Mazen cuentan con el apoyo de Israel y de EEUU.

AMBIENTE ENRARECIDO

El pulso que mantienen Arafat y Abu Mazen está enrareciendo el ambiente entre los palestinos. A pesar de ello, Arafat continúa recibiendo el apoyo de un gran número de dirigentes. En estos medios se pronostica que ocurra lo que ocurra con el nombramiento de Dahlan, Abu Mazen está condenado a estrellarse a la primera de cambio.

Algunos dirigentes palestinos tratan de quitar hierro a la confrontación. El ministro de Trabajo, Ghasan Khatib, afirmó que la disputa "es parte del proceso democrático". "No creo que haya nada malo en ello. Es algo saludable que ocurre en todas las democracias", añadió.

Washington condiciona a la formación del nuevo Gobierno palestino la presentación de la hoja de ruta , el plan de paz que prevé la formación de un Estado palestino en el 2005. El presidente de EEUU, George Bush, que no habla con Arafat, anunció que recibirá a Abu Mazen en la Casa Blanca una vez que el nuevo Gobierno preste juramento. El primer ministro israelí, Ariel Sharon, también está dipuesto a negociar con el primer ministro si llega al poder en la Mukata, aunque no parece dispuesto a hacer más concesiones que la retirada de algunos asentamientos.

En este contexto, el fracaso de Abu Mazen está cantado. Los israelís sólo ganarán tiempo y esperarán a que el primer ministro envíe a las fuerzas de seguridad contra los grupos radicales que cometen atentados.

Otra cuestión que no está nada clara es cuál será el comportamiento de Hamas. Los fundamentalistas mantienen una actividad baja estos días pero la amenaza de atentados suicidas continúa. Sharon ha dicho que no piensa negociar mientras haya atentados y la llave de los ataques la tienen los dirigentes fundamentalistas y no Abu Mazen.

MARIONETA DE EEUU E ISRAEL

En la crisis actual, lo que se juega Arafat es quedarse relegado a un segundo plano o mantener el control sobre el aparato político palestino. Pero el rais no está dispuesto a jubilarse por el momento y además desconfía de que Abu Mazen, de 68 años, actúe de forma autónoma. En otras palabras, lo que teme Arafat es que Abu Mazen se convierta en una marioneta que Israel y Estados Unidos manejen a su antojo.

Mientras, ayer se supo que Israel ha arrestado a 12 soldados de la llamada Policía de Fronteras, un cuerpo que recibe adiestramiento militar. Tres de los detenidos son sospechosos de la muerte de un palestino de 17 años que falleció en Hebrón tras ser arrojado del todoterreno en el que viajaba custodiado por los soldados. Es la primera investigación de esta magnitud que realiza Israel entre militares desde que empezó la segunda Intifada.