Se puede decir cualquier cosa de Avigdor Lieberman menos que utilice ese doble lenguaje tan habitual en otros políticos. El ministro de Exteriores israelí obsequió a sus colegas español y francés, Miguel Angel Moratinos y Bernard Kouchner, con toda su crudeza dialéctica durante la cena que mantuvieron el domingo en Jerusalén. Lieberman les instó a que no se entrometieran en los asuntos de Israel y les dijo que "resuelvan los problemas de Europa" antes de "dar lecciones" sobre el conflicto en Oriente Próximo. La filtración de sus palabras indignó a sus homólogos, aunque tanto Moratinos como Kouchner trataron ayer de zanjar la polémica.

La prensa israelí publicó algunos extractos de la conversación, afirmando que el ultraderechista Lieberman había "avergonzado" a sus colegas europeos. Entre otras cosas, les recordó "los fracasos" de la diplomacia europea en Chipre o los Balcanes y añadió que Europa debería resolver primero sus problemas antes de dar lecciones a Israel. "Quizás entonces estaremos abiertos a vuestras sugerencias". También les recordó la conducta de Europa en los prolegómenos de la segunda guerra mundial. "En 1938, Europa sacrificó Checoslovaquia para apaciguar a Hitler. Israel no será la Checoslovaquia del 2010. Nosotros garantizaremos su seguridad", espetó.

Moratinos dijo ayer que Lieberman les había pedido disculpas, aunque, según el diario Haaretz, tanto él como Kouchner le recriminaron por teléfono que "violara todas las reglas diplomáticas" y vulnerara su confianza al permitir que sus palabras se filtraran a la prensa.

Públicamente, ambos quisieron pasar página cuanto antes. Durante la rueda de prensa que ofrecieron en el consulado de Francia tras reunirse con el jefe del Gobierno palestino, Salam Fayyad, Moratinos insistió en que las opiniones de Lieberman difieren de las del primer ministro, Binyamin Netanyahu. "El que manda es Netanyahu", dijo Moratinos, para puntualizar que este ha recibido "muy bien" la "ayuda y colaboración" de sus socios europeos.

PUÑALADA TRAPERA Para Moratinos el rapapolvo de Lieberman equivale a una puñalada trapera. Y es que, a diferencia de buena parte del mundo, el dirigente español le ha concedido continuamente el beneficio de la duda. No hay que olvidar que fue el primer ministro de Exteriores europeo en viajar a Israel para felicitarle por el cargo.