Los ministros de Exteriores árabes acordaron ayer en El Cairo un plan para desatascar la crisis libanesa mediante la elección del jefe del Ejército como presidente y la formación de un Gobierno de unidad nacional donde ninguno de los partidos representados pueda bloquear o imponer decisiones al resto.

Esta iniciativa de la Liga Arabe pretende acabar con el vacío presidencial que vive el país desde el pasado 23 de noviembre y con el prolongado pulso por el poder entre los distintos bloques políticos.

El plan cuenta ya con el apoyo de la mayoría gubernamental y, según fuentes diplomáticas, también de Siria, aliado de la oposición y, para algunos, el escollo insalvable de esta crisis.