En una cumbre dominada por un inusitado examen de conciencia, la crítica a EEUU de sus principales aliados y la confirmación del rey Abdalá de Arabia Saudí como el indiscutible líder regional, los países miembros de la Liga Arabe reivindicaron ayer también el derecho a desarrollar la energía atómica con fines civiles. La declaración final de la cumbre advirtió de una "incipiente y destructiva carrera de armamento nuclear" y exigió "liberar la región de armas de destrucción masiva" sin caer en "dobles raseros". Es decir, hay que prohibírselas a Irán y también a Israel.

La 19 cumbre lanzó un mensaje unánime: los árabes quieren la paz con Israel. Una paz por territorios que se ajusta al pie de la letra a las resoluciones de Naciones Unidas. El Ministerio de Exteriores de Israel, en una declaración emitida ayer, dijo estar interesado en mantener conversaciones con países árabes moderados, pero se negó a dar la bienvenida a la propuesta, a diferencia de EEUU.

Egipto, Jordania, Arabia Saudí y los países del golfo Pérsico han expresado ya su voluntad de desarrollar energía nuclear.