Los lituanos acudieron ayer en masa a las urnas para votar sobre el ingreso de su país en la Unión Europea. Cuatro horas antes del cierre de las mesas, el jefe de la Comisión Electoral difundió la noticia que casi todos querían escuchar: la participación en el referendo superará el 50%, la frontera entre validez e invalidez.

"Las cifras de que disponemos ahora muestran que el referendo será válido", declaró, visiblemente satisfecho, Zenonas Vaigauskas. Que la tasa de participación rebasara o no el 50% era la incógnita del fin de semana, ya que se da por descontado que los lituanos votarán firmemente por la adhesión a la UE. Las encuestas más recientes indicaban que más de dos tercios de la población le darían el "sí" a Europa.

Lituania supera así el gran obstáculo para su ingreso en la UE. Y eso que el sábado las cosas no estaban claras. Al final de la jornada, sólo el 23% de los lituanos se habían acercado a las urnas, cifra que disparó las alarmas en el Gobierno y obligó al presidente, Rolandas Paksas, a lanzar un llamamiento a la población. Durante la misa del domingo, muchos sacerdotes católicos pidieron a sus fieles que votaran, y los ayuntamientos pusieron autobuses para llegar hasta las urnas.