Ken Livingstone le ha hecho un favor a Gordon Brown asumiendo la responsabilidad de su derrota en Londres. "No se puede ser alcalde ocho años y si no ganas el tercer mandato decir que es culpa de otro", dijo con voz emocionada al conocer los resultados. Ayer, fue al City Hall a coger sus cosas.

Este gesto pone fin a la carrera de una figura controvertida y atípica. Livingstone, hijo de un tory de la clase obrera, ha estado en el sector más izquierdista del laborismo. En los 80 combatió a Margaret Thatcher desde la Asamblea de Londres, la ciudad a la que ha entregado su vida. En el 2000, desafió y ganó a Blair, que lo había vetado como candidato a la alcaldía. La de ayer es la única elección que ha perdido.