Nicholas Winton, un británico de 100 años de edad, ha visto hoy en Londres llegar a un tren con 22 personas a las que salvó la vida en 1939. El convoy, que partió el pasado martes desde la estación central de Praga, ha hecho el mismo recorrido por el que, hace 70 años, Winton logró salvar la vida de 699 niños de la antigua Checoslovaquia cuando el país estaba ocupado por los nazis.

Así pues, los ocho convoyes tirados por una locomotora a vapor han entrado en la estación de Liverpool Street, donde esperaba Winton. A su llegada, los supervivientes de la Segunda Guerra Mundial han pisado suelo londinense visiblemente emocionados. "Ha sido más dificil ahora que hace 70 años", ha bromeado el protagonista de la celebración.

En diciembre de 1938, el Schindler británico, a la edad de 29 años, tenía la intención de irse a Suiza a esquiar cuando un cambio de planes le deparó Checoslovaquia como destino. El culpable fue su amigo Martin Blake, quien entonces trabajaba en la Comisión Británica de Refugiados para Checoslovaquia.

BUSCÓ A FAMILIAS DE ACOGIDA

Winton se horrorizó entonces de las condiciones de los campos de refugiados, y decidió poner en marcha un sistema para evacuar niños --en su mayoría judíos--: a la vez que conseguía los visados, buscaba a familias de acogida en el Reino Unido. Así, logró sacar del infierno nazi a 699 niños.

Vera Gissing, una de las vidas que Winton logró salvar, llegó a Londres desde Praga con su hermana en 1939 pocos días antes de su 11° cumpleaños. Nunca volvió a ver a sus padres, muertos poco después de la guerra tras haber sido recluidos en el campo de Bergen-Belsen. "Nunca lo olvidaré... Solo tenía 10 años y no sabía quién se ocuparía de mi, fue una época escalofriante", ha explicado la superviviente, a la vez que ha mostrado su gratitud a Winton.

"Es increíble volver a encontrar a tanta gente y repetir aquel viaje", ha añadido Gissing, quien hasta 1988 no supo de la identidad de su salvador gracias a un reportaje de televisión. Fue entonces cuando escribió El Schindler británico.