El líder del Partido Nacional Escocés (SNP) en Westminster, Ian Blackford, saludó este jueves a Boris Johnson como, "el último primer ministro del Reino Unido". Johnson es un político conservador especialmente aborrecido en tierras escocesas. Tanto es así que, al día siguiente de su elección, el diario 'The Sun', que le felicitaba en su portada en la edición para Inglaterra y Gales, decidió cambiarla por otra mucho menos complaciente en Escocia.

"Es indiscutible que Boris ayudará a aumentar el número de los que quieren ver a Escocia independiente", ha declarado Blackford, quien en la Cámara de los Comunes le ha acusado de, "no tener mandato en Escocia", tras haber sido elegido por menos de 100.000 militantes conservadores, casi en su totalidad ingleses. "El primer ministro no tiene un plan, es un fanfarrón, pero las consecuencias de sus fantasías van a ser devastadoras", le ha reprochado. Los últimos sondeos muestran una subida del independentismo, a medida que el país se acerca a un 'brexit' sin acuerdo. Hace unos días, el exprimer ministro laborista, el escocés Gordon Brown, dijo estar convencido de que "la unidad (nacional) está hoy más en peligro que en ningún otro momento en los últimos 300 años".

La ministra principal, Nicola Sturgeon, y su homólogo en Gales, Mark Drakeford, han enviado una carta conjunta a Johnson urgiéndole a abandonar los planes de una salida sin acuerdo. "No debe haber duda alguna de que las consecuencias van a ser catastróficas para todas las partes del Reino Unido". Ambos reclaman conversaciones inmediatas con el nuevo equipo en Londres y piden a Johnson la celebración de un segundo referéndum sobre el 'brexit'. Los dos gobiernos autónomos respaldan ese segundo voto.

El peligro de una futura desintegración de la unidad nacional también afecta a Irlanda del Norte, que votó masivamente, con el caso de Escocia, por la permanencia en la Unión Europea. El impacto de la salida de la UE, especialmente sin acuerdo, iría más allá de las repercusiones económicas y los problemas de comercio. El 'brexit' ha polarizado la división en una sociedad en la que unos se sienten británicos y otros irlandeses. Los unionistas están ayudando a sobrevivir al Gobierno de Londres, mientras los republicanos del Sinn Féin han pedido un referéndum para la reunificación de la isla.