En el 2007, 16.482 inmigrantes clandestinos desembarcaron en las costas italianas, mientras que en el año 2006 la cifra correspondió a 20.927, según los datos facilitadas por el Ministerio del Interior. El Gobierno de derechas de Silvio Berlusconi ha endurecido su política de inmigración, con medidas como la creación del delito de inmigración clandestina, la agravación de las condenas por delitos cometidos por inmigrantes en situación irregular y expulsiones más fáciles.