La policía británica dio ayer nuevos datos sobre la trama desarticulada el 10 de agosto que pretendía atentar contra aviones comerciales. De los 23 detenidos, 11 han sido acusados. A ocho se les acusa de "conspiración para el asesinato" y "preparación de actos terroristas", y a otros dos, de "obstruir la labor de la justicia ocultando información". El detenido más joven está acusado de "poseer documentación útil para preparar o cometer un acto terrorista".

El jefe de la unidad antiterrorista de Scotland Yard, Peter Clarke, explicó que una de las detenidas ha sido puesta en libertad. El resto, otros 11, siguen a disposición judicial sin cargos. R. A.