La red terrorista Al Qaeda no estuvo implicada en los ataques contra la red de transporte de Londres del pasado 7 de julio, que causaron 56 muertos y 700 heridos, según las conclusiones de la investigación del Gobierno sobre la matanza que publica hoy The Observer.El dominical asegura que los investigadores han concluido que los atentados respondieron a una conspiración "simple y barata" de cuatro terroristas suicidas que perseguían convertirse en mártires. El borrador del informe definitivo de la investigación oficial, que se divulgará en las próximas semanas, revela que los ataques no fueron el resultado de una trama diseñada por Al Qaeda, tal y como sospechó la policía en un principio.Por el contrario, se trató de una operación de poca envergadura en la que los cuatros autores de la masacre pusieron en práctica su plan después de examinar varias páginas de internet sobre terrorismo. Además, los ataques fueron baratos, ya que las mochilas bomba utilizadas por los terroristas no costaron más de unos pocos cientos de euros.Una operación "modesta""Los atentados de Londres fueron una operación modesta y simple de cuatro hombres aparentemente normales que usaron internet", ha comentado al rotativo una fuente del Ejecutivo británico.Los investigadores también han establecido, siempre según The Observer, que no hubo un "quinto terrorista", una hipótesis que se barajó a raíz del descubrimiento de una mochila llena de explosivos en un coche abandonado en Luton (norte de Londres). El dominical considera que estas conclusiones suscitarán "nuevas inquietudes sobre la vulnerabilidad del Reino Unido ante un atentado de un grupo pequeño y poco sofisticado".El informe del Gobierno desencadenar críticas contra el servicio de espionaje británico, que identificó al maestro de escuela Mohamed Sidique Khan, de 30 años y supuesto cabecilla del ataque, meses antes de la matanza, aunque posteriormente no le vigiló de cerca.Perfil psicológicoLos terroristas fueron los británicos de origen pakistaní Khan; Shehzad Tanweer, de 22 años, y Hasib Hussain, de 18, y otro británico de procedencia jamaicana que respondía al nombre de Germaine Lindsay, de 19 años.Sobre el perfil psicológico de los cuatro suicidas, la investigación gubernamental revela que vivían dobles vidas, pues alternaban una interpretación radical del Islam con el disfrute del estilo de vida occidental.Los terroristas perpetraron los atentados contra tres convoyes del metro y un autobús urbano londinenses en la mañana del 7 de julio de 2005. Dos semanas más tarde, otros cuatro individuos emularon a los autores del 7-J al intentar detonar otras tantas bombas en tres convoyes del metro y un autobús urbano de la capital británica, si bien esta vez hubo suerte porque los artefactos no explotaron.