Los abusos sexuales son un problema «endémico» en el sector de la ayuda humanitaria, culpable en su conjunto por afrontar la situación con una «complacencia que raya en la complicidad». A esta durísima conclusión llega el informe elaborado por la Comisión de Desarrollo Internacional del Parlamento británico.

Su presidente, Stephen Twigg, acusa a las oenegés de estar «más preocupadas por proteger su propia reputación» que la de las víctimas.

De acuerdo con el estudio, ha habido «una cultura de negar el problema» desde que el pasado mes de febrero el diario The Times reveló que los trabajadores de Oxfam desplazados para ayudar a los supervivientes del terremoto del 2010 de Haití estaban pagando por relaciones sexuales.

Otras 22 organizaciones caritativas han tenido que pedir perdón por incidentes similares. Al parecer no se trata de incidentes aislados.