Las autoridades de EEUU han iniciado los trámites para pedir al Reino Unido la extradición del clérigo integrista egipcio con pasaporte británico Abú Hamza. El líder radical fue acusado ayer por el fiscal general estadounidense, John Ashcroft, de 11 delitos relacionados con el terrorismo, incluida la conspiración en un secuestro ocurrido en Yemen en 1998, en el que perdieron la vida cuatro rehenes. También ha sido acusado de haber proporcionado apoyo logístico a varias organizaciones terroristas, especialmente a Al Qaeda, y de crear campos de entrenamiento en Oregón (EEUU) y Afganistán.

El vociferante e incendiario imán, que durante años ha predicado el odio y la venganza en la mezquita londinense de Finsbury Park, fue detenido en la madrugada de ayer, a raíz de la denuncia estadounidense, en su domicilio de la capital británica.

Tras ser interrogado en la comisaría de Paddington, Abú Hamza fue trasladado a la prisión de alta seguridad de Belmarsh, donde compareció ante el juez y quedó internado. Nacido en Egipto hace 47 años, el hoy radical islamista llegó al Reino Unido en 1979 para estudiar ingeniería civil.

CIUDADANO BRITANICO Dos años más tarde obtuvo la ciudadanía británica tras casarse con Valerie Fleming, de la que está divorciado. El antiguo portero de los clubs nocturnos de Soho fue transformándose en un combatiente del islam, llegando incluso a luchar en la guerra de Afganistán contra los soviéticos.

Allí, asegura, perdió un ojo y las dos manos, que ha sustituido con ganchos de hierro, lo que le ha valido en la prensa popular británica el apelativo de Capitán Garfio . Admirador de Osama bin Laden, en febrero del año pasado se le prohibió la entrada en la mezquita de Finsbury, aunque cada viernes ha seguido arengando en plena calle a sus seguidores, un millar, la mayoría jóvenes, a los que exhortaba a participar en misiones suicidas.

El ministro de Interior británico, David Blunkett, explicó que existe un acuerdo con Estados Unidos para que en ningún caso sea aplicada la pena de muerte a un extraditado. Su departamento pretende retirar a Abú Hamza la ciudadanía británica, aunque no hay cargos contra él en el Reino Unido. La batalla legal será compleja y larga.