Gran Bretaña se empleó ayer a fondo durante la primera jornada del Consejo Europeo para intentar convencer a los demás socios comunitarios de que nombren al exprimer ministro Tony Blair como primer presidente estable de la Unión Europea (UE). Pero la candidatura de Blair encontró una fuerte resistencia entre muchos líderes europeos debido a que se distinguió por frenar al máximo las medidas de integración europea cuando gobernaba, a su tendencia a fomentar la división en el seno de la UE y a su estrechísima alianza con el anterior presidente de EEUU George W. Bush.

"Tony Blair es un excelente candidato", declaró nada más llegar a la cumbre el primer ministro británico, Gordon Brown. "Blair sería una voz fuerte en la escena internacional", señaló el ministro británico de Exteriores, David Miliband. "Blair ha demostrado una capacidad remarcable de construir coaliciones", insistió Miliband, tras negar que fuera Blair quien "dividió a Europa en la guerra de Irak".

España, Bélgica y Hungría, sin pronunciarse directamente sobre la candidatura de Blair, esbozaron un perfil completamente diferente cuando enumeraron las características que debe reunir el futuro presidente de la UE.

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, subrayó que debe ser "un europeísta convencido", con "una gran vocación europea" y que sea capaz de "impulsar nuevos procesos de fortalecimiento de la UE". En la misma línea se pronunciaron el primer ministro belga, Herman Van Rompuy, y el húngaro, Gordon Bajnai.

UN SOCIALISTA A EXTERIORES Zapatero también destacó que el Partido Socialista Europeo "tiene una clara determinación" a que el sustituto de Javier Solana como nuevo responsable de la política exterior y de seguridad de la UE, y ministro de facto europeo de Asuntos Exteriores, salga de sus filas. Esta condición también excluye en la práctica a Blair del puesto de presidente de la UE, ya que ambos cargos no pueden pertenecer a la misma familia política para mantener los equilibrios internos de la UE.

Zapatero, no obstante, se mostró muy cauto, sin descartar la candidatura de Blair, e insistió en que se acababan de iniciar las discusiones y que llevará "algún tiempo" hasta que se pueda alcanzar un consenso.

LOS ASPIRANTES El primer ministro luxemburgués y presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, se ha postulado a sí mismo para el puesto para evitar el nombramiento de Blair y el primer ministro holandés, Jan Peter Balkenende, tampoco oculta que aspira a ese cargo.

La candidatura del expremier británico fue rechazada, además, por Austria y Portugal. Incluso el diario británico Financial Times opinó ayer en su editorial que "Blair es el hombre equivocado para el cargo europeo".

Alemania y Francia se mostraron reservados al llegar a la cumbre sobre la nominación, aunque el presidente francés, Nicolas Sarkozy, indicó hace unos días que la autoexclusión británica de la zona euro "constituía un problema" para las aspiraciones de Blair. La cancillera alemana, Angela Merkel, explicó que prefería esperar a que el Tratado de Lisboa estuviera ratificado por todos los países antes de hablar sobre sus preferencias.

CAMBIO CLIMATICO Por otra parte, los líderes de Europa oriental rechazaron ayer asumir su parte de la ayuda financiera que debe ofrecer la UE a los países en desarrollo para afrontar los costes del cambio climático. En la propuesta de la presidencia sueca de reparto de las contribuciones pesa demasiado el nivel de emisiones de dióxido de carbono, lo que les penaliza a estos países al ser sus instalaciones más contaminantes.