Ante el fracaso de las intensas presiones e intentos de EEUU para vencer la oposición mayoritaria del Consejo de Seguridad de la ONU a autorizar ya la guerra contra Irak, su leal aliado, Gran Bretaña, planteó ayer un compromiso destinado fundamentalmente a atraer a los seis miembros indecisos del Consejo hacia la posición de Bush.

Se trataría de enmendar el texto del proyecto de resolución patrocinada por EEUU, Gran Bretaña y España, que autoriza el ataque, añadiendo a esa resolución un ultimátum a Sadam Husein, que le daría unos pocos días más para que trate de evitar la guerra demostrando que no posee armas de destrucción masiva.

"Estamos dispuestos a discutir el texto de esa resolución e incluir cualquier sugerencia constructiva para mejorarla", confirmó en la ONU el ministro de Exteriores británico, Jack Straw, y añadió que "existe la posibilidad de una enmienda, eso es lo que ahora estamos mirando". Pero también hizo hincapié en que el punto fundamental de la nueva resolución debe seguir siendo la condena a Irak, por haber desaprovechado la oportunidad final de desarmarse que le ofreció la resolución 1441, con lo que se seguirá dando luz verde al ataque.

DIFICULTAR EL CUMPLIMIENTO

Fuentes diplomáticas explicaron previamente que el ultimátum a Sadam que se baraja, y que EEUU y Gran Bretaña sopesaron ya hace semanas, no incluiría una lista de puntos específicos que Sadam tendría que cumplir para evitar el ataque, con el fin de impedir que los utilice para alargar la crisis varios meses. Omitir tal lista de condiciones concretas dificultará en gran medida el cumplimiento del ultimátum, con lo que el eje belicista no correría el peligro de que Sadam cumpliese, pero parecería darle una oportunidad más, para tratar de atraerse a los países del Consejo que no acaban de decidir su posición: México, Chile, Camerún, Guinea, Angola y Pakistán.

La lista de puntos concretos de desarme a despejar por Irak circulará de todas formas este fin de semana, ya que Hans Blix, jefe de los inspectores de la ONU, prometió ayer hacerla pública, tras el crucial informe que hoy presentará ante el Consejo de Seguridad. Si, como es previsible, la división del Consejo se mantiene, tal lista puede dar más munición a los que abogan por prolongar las inspecciones, Francia, Rusia, Alemania, China y Siria, y también aumentar la presión sobre los seis países indecisos.

Asestando un nuevo revés a Washington, China, miembro permanente del Consejo con poder de veto, se solidarizó ayer con Francia y Rusia, ya que su presidente, Jiang Zemin, comunicó al presidente francés, Jacques Chirac, que no ve necesaria la resolución que autoriza la fuerza contra Irak y respalda el empleo de "medios políticos" para solventar la crisis. "China apoya la declaración común" franco-alemana-rusa del miércoles, en la que los tres países advierten de que no permitirán la aprobación de la resolución, añadió el ministro de Exteriores chino, Tang Jiaxuan.